martes, 21 de febrero de 2012

Pausa

Deja que penetre la ansiedad en el pecho, dejala, que annide, que se haga mayor, que construya su cuarto, que invite a sus amigos.

Deja que entre la cotidianidad, lo urbano, lo real y tajante, dejalos.

Deja que se hablen, que se comuniquen, que parloteen en tu interior.

Deja que se maten, que se asesinen entre ellos, que sus cuerpos se pudran infectos.

Deja que poco a poco, la podredumbre se despliegue, en tu interior, cual cancer, cual miseria.

Deja que vivas, ellos muertos y que mientras muero no mueran, ya estan muertos desde hace tiempo.

Deja, suelta, no es nada de ti, lo que penetra, lo que oxida, lo que olvida.

Deja que el mundo te penetre, deja que los innobles te amoralicen.

Entonces podras escucharme.

eddievasquez



lunes, 20 de febrero de 2012

Sortilegio

Se cubre el rostro con un velo de argumento.

Se mece dormitado, en la madrugada inconsciente.

Abusa malefico, de la somnolencia, del sopor.

Canicula veraniega, mata de trigo, palmera real.

Calor soporifero, me aturdes en oleadas.

Me seduces, con mi debilidad en tu mano.

Surge un parto, surge de la tierra fertil.

Escurre en mi cuerpo, la letania de su lengua.

He vendido mis sueños. Los compraste con una ilusión.


eddievasquez.

domingo, 19 de febrero de 2012

Alas


Si tuvieramos alas, si pudieramos, pudiera volar.

Y subir, escapar, llevarte a ese lugar.

M. Mateos.

Arboles pasan veloces, rapaces, devorando el camino.
Perseguidos inmoviles por el tiempo.
Raices grotescas crecen sangrientas en las entrañas de su vientre.
Apostadas en la orilla del camino.

Arboles crecer moribundos al costado de la refineria,
 soñando con crecer, moribundos, atormentados por los tragos ponzoñosos de lluvia acida.

Arboles mueren inmoviles, en una prisa sin miedo, 
 con sueños de fuga.

Arboles crecen despavoridos, rumiantes, en las orillas de la carretera
bebiendo el licor amargo del pavimento.

Arboles desesperados mueren atormentados por 
el humo fetido del mar vehicular.

Arboles crecen insulsos, chaparros, enanos, 
los nutrientes se los comen las sanguijuelas hermanas del pasto ennegrecido.

Arboles se meten en mis sueños, muertos en vida, secos de sus entrañas.

Arboles crecen mortiferos en mis pesadillas, 
me convierten en un espectador vivo,
en testigo de su pesadilla.

Bebo su sangre, me transformo en ellos.

Muero inmovil, en una prisa sin miedo, 
con sueños de fuga.

Muero desesperado atormentado por
el humo fetido del mar vehicular.


eddievasquez

Corazón roto.

Corazón roto.

Corazón, coraza, concha, cubierta, caparazón.

Ya escuche tu voz, ahora atenuada por la falsa indiferencia.
Escucho tu voz apagada, oculta, con satines y olanes.
Los sillones ahogan el sonido de tu voz,
deseo morir oculto en el timbre de tu voz.

Se derrumba el cielo, las calles se transpiran,
tu voz se quiebra lejana, inaudible.

Tu voz se cierra, ya no lo escucho.

Se ahoga en un quejido solitario, lejano, sutil.

Tu voz se corta,
    se hace daño,
        se mete los dedos en sus orificios,
                se descarga en los demás,
se vomita a si misma,
    se asquea de su tono,    
        de su tesitura, del chirriante sonido de tu voz,

que odio,
que detesto,
por que ya no la oigo,
    solo el recuerdo retumba en la pared de enfrente,
        en los cuartos vacíos.

Escuche tu voz, sin escucharla, sin ver tus ojos, sin medir tus palabras
que se pierden.


Pierdo el significado de tu voz,
    el aroma de tu voz,
        la consistencia de tu alma.

Te pierdo
    y ya no puedo encontrarte.

eddievasquez

Viejitas pero bonitas.

Alancito, cuando aún lo podía cargar.


Kike, con esa mirada traviesa, al fondo, el preocupado padre y el acomedido tio.



Epitafios y derrumbes.

En el exterior hay una ventisca grisazulosa, la entrada de un relativamente nuevo frente frío, domina el pesar blu de los rostros citadinos, los platos se escuchan chirriantes en el interior de un ventanal, los otros, los demás hambrientos que se quedan callados en el parque, esperando migajas de un comensal.
Los glotones comensales se quejan de la crisis, mientras engullen un sabroso mollete con chorizo.
Los escuálidos mendicientes solo callan y observan.

Nada hay mas cierto que la muerte.

Me distraigo mientras espero, y entre las cosas que un domingo me acercan a la realidad de la cotidianidad, espero pacientemente mientras sigo tomando otro café, mis hermanos todavía en sus clases, obedeciendo a sus propios conceptos, creando su propio sendero.

Navego un poco y reencuentro a Jodorowsky, nada nuevo, solo que se ha vuelto mas viejo, recién cumplió años el multicitado escritor, popular hasta en este lado del charco, leo un blog dedicado a su ideología y encontré algo interesante.

Epitafios humoristicos.

Y también esto que no se donde haya salido, pero que definitivamente me da una idea clara de que irse, es en realidad, llegar.

Epitafio del que ha llegado.

Y es un epitafio que deseo graben en el árbol donde he decidido morar, cuando mi cuerpo sea el mejor conducto de la energía que contengo.

Deseo morar en el Tlalocan.

Tlaloc Icuic.

Ah, Ve a todas partes.
Ahi ve, extiendete en el Poyauhtlan.
Con sonajas de nieblas
es llevado al Tlalocan.


lunes, 13 de febrero de 2012

Entre pairos y derivas....




Encuentro interesantes los caminos que he recorrido, algunos son asombrosos, otros apabullantes, los caminos se atrapan en miles de recuerdos, en algunos recuerdos que se bañan a cada  instante en islas desiertas, algunas de estas islas permanecen intactas, otras mas, cada vez que las vuelvo a visitar son diferentes, tanto en su significancia como en su recuerdo.
Algunas veces veo en cada una de ellas, belicosos recuerdos, que se resisten a morir, por que son sobrevivientes de una batalla,  los recuerdos que son sobrevivientes son dolorosos, algunos bellos en su estructura, pero denigrantes en su final o conclusión.
Alejo las bellezas de los paisajes para deleitarme solo con su estructura ontogenica.
Pero la belleza es parte de la estructura, asi que no puedo separarlas.
A veces reitero muchas veces que los recuerdos por si solos, son una forma mnemotecnica de sobrevivir al presente, a la vaciedad que nos presentan los momentos de aburrimiento, cuando la otredad nos abandona y deja a nuestro merced ese ser inconcluso y reiterativo que es el self.
Añoro ciertos recuerdos que se han diluido en el tiempo, ya no los he podido seguir debido a que su permanencia en la playa conciente que avisto no es tan perenne tanto como los castillos que hacia cuando niño, y dentro de estos castillos, mis recuerdos permanecen encerrados, cual pequeños leviatanes.
A veces puedo verlos, a veces son puertas sin nombre, ventanas clausuradas, cuartos con olor a moho, con aromas desconocidos esperando al aire para mezclarse nuevamente, y proporcionarme en su aroma el secreto que se devela y esperar al aire, cuando se mezcla con mi nueva realidad, me permite crear dentro de los cuartos revelados aromas nuevos, estructuras superfluas pero a la vez cambiantes.
Es entonces cuando revisito estos cuartos cambiantes estas recamaras de insolente aislamiento, cuando realmente siento que la vida, este cumulo de recuerdos, solo dejara una marca en mi cerebro, en lugares especificos, donde nadie mas podra percibir la totalidad de mi realidad, y si es cierto para mi, lo es para el resto.
Entonces, me pregunto: ¿que es la historia entonces?, no puedo negar que tal interrogante ha pasado por mi mente mas de una ocasión es decir, desde hace tiempo he pensado que si la multitudinaria ilusión de creencia historica no es más que una construcción mia, donde yo multiplico mi pensamiento mil veces, si no fuera así, entonces por que la vida me presenta varias veces las mismas opciones siempre, con resultados diferentes, con personas al parecer disimiles, pero son las mismas opciones, mas ahora, no deseo apresurar al destino, las decisiones vendran a su momento, las opciones, al parecer, permaneceran por mucho tiempo conmigo.
Este fin de semana he disfrutado enormidades los detalles que me han regalado, saber que conoci y platique con uno de los artistas que admiro y del cual siempre espere una oportunidad como esta, eso fue un enorme premio o quizá, cosa del destino.

miércoles, 8 de febrero de 2012

La vereda

Oigame Compae no deje camino por cojer la vereda... Buena Vista Social Club.

Dejaria de ser yo si de hablar metaforico y plano me evito. Nada es mas aburrido que la palabra sola, sin compañia o imagineria adosada a sus huesos, movimientos plisciformes, que se cuelan en mi lengua, en mis dedos.
Por que al contrario de aquellos que no encuentran un significado lirico, a mi ese significado me parece natural y sedoso.
Pero no podria escribir sin que nadie mas entienda, la semiotica de mis palabras se perderia, olvidadas como cada noche olvido el desayuno del dia anterior.
Entonces escribir metaforicamente como los arboles que cuelgan vida al aire, mis palabras se transforman en necesidades de mi alma, asidas de un cuento, como el que ahora expongo.
Ella se llamaba digamos Celia, una vida solitaria, con esa pesada sensación de hastio cuando te levantas, como dirigiendo una orquesta por rutina, con el marcapaso del tiempo cliqueando en su interior.
A veces las vidas mas solitarias son las mas interesantes, pues en ellas se condensan las gotas de la introspección, el que este libre de conocerse, que lance la primera piedra.
Recorria las calles de la ciudad monotona y fria, con las diarias concupiscencias de su familia y sus amistades, circulos que al entrar te atrapan y dificilmente te dejan escapar, mas nunca estamos conscientes, pues nos atrapan en el aura sigilosa del sueño infantil, cuando aún nuestra conciencia no despierta del todo, cuando despertamos, no podemos distinguir lo que es sueño de lo que no lo es.
Asi pasa pues en la vida de Celia, ella se levantaba en dia común, para pasear eso que llamaba cuerpo a lo largo de miles de rutinas laborales y sociales, mas no es el cuerpo conducto idoneo de sus prejuicios, los cuales también cargaba en la transitada ciudad de su vida.
Celia un dia tomando el cafe matutino se descubrio feliz, al principio no sabia que hacer, esa rara sensación solo aparecia de forma fatua y se consideraba a pesar de agradable,  no muy duradera, como sucede en la mayor parte de los cuentos urbanos, Celia no podia poseer ese sentimiento sin que alguien mas lo notase, cual portador de una plaga que a pesar de ser afectivamente gratificante, resultaba molesta para aquellos que no la poseen, la imaginación es algo que se allana con miles de plagios.
Celia tomo el bus como todos los dias en que se veia forzada a trabajar y en su labor diaria de recepcionista, las rutinas turisticas se adosaban a sus costados, observando en la vida de otros una felicidad que ahora le pertenecia y que no se queria ir ni con el aire huracanado del ruta 20 que la transportaba malefico por esos caminos transitados de las ciudades del centro de México, urbanismos mediocoloniales que se presumen neoliberales, cual mediocridad nacida de su terrea figura.
Su sonrisa entreabierta y la posesión de ese rostro le hacian recordar a la pareja que dias antes llegaron, un par de ejecutivos que habian claudicado de su cuarto lujoso para un encuentro casual, ella vestida con un vestido a flores, él elegante y mesurado, a medias risas y nerviosos, obviamente entregaron nombres falsos, e inmediatamente desaparecieron en los pasillos del hotel, un aroma a complices y amigos, la falta de equipaje la hicieron deducir la ocupación del cuarto que pidieron, y pensaba para ella, si esa falta de sobriedad no es la que le haria falta en su vida.
Celia no se caso, cuando alguna vez aquel novio pretencioso queria escurrir sus dedos entre las carnes fragiles y sedosas de sus piernas, pidiendo amor y prometiendo una sarta de mentiras que Celia detecto y cuya educación clasemediera le impedia liberarse completamente de una boda de blanco detuvo el cometido lujurioso del adolescente. Con dos dedos de frente y una sonora bofetada se alejaron pretenciones amorosas y propuestas matrimoniales, desde entonces, Celia vivio con un candado en su cintura.
No mas alla decia siempre.
Y se fueron alejando, esas promociones que prometian casorio y sueños de refri y estufa.
Mas Celia hoy era feliz.
Y no sabia por que, el camino se abria en puentes y peatones, que apresurados corrian por su espacio prestado en los autobuses y en la calle ocupaban un lugar nimio, apenas perceptibles, todos parte de un enjambre, del panal territorial de una ciudad inconclusa, donde las maquinas taladraban incansables, haciendole perforaciones, nuevas hoquedades, llenando vacios, buscando donde asir los enormes edificios, previendo un nuevo lugar para los proximos peatones, los que nacen hoy, lo que se mueren mañana, por que hasta para los muertos hay fecha de caducidad de sus espacios que despues del vencimiento, los dolientes deciden tirar sus restos a la basura o conservarlos en chistosas cajas de zapatos, para esperar al proximo sobrino o nieto cirujano y que practique sus clases de anatomia.
Celia sonreia en la ventana del bus.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando el bus se paro repentinamente, la calle se abrio con un sonoro estruendo, a escasos metros un alarido se escucho.
¿Eso es un edificio?.

Escribir es una cosa rara

  Escribir es una cosa rara, es un evento que suele acompañar las madrugadas descafeinadas, cuando el acoso laboral te deja en visto, cuando...